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viernes, 20 de septiembre de 2013

Integración académica y social

Importante convenio con la Universidad
La Municipalidad de Merlo y la Universidad de Morón, firmaron un interesante convenio para jerarquizar la carrera de medicina en la zona .
Con la Presencia del Intendente Municipal Dr. Raúl Alfredo Othacehé, su esposa, Mónica Arnaldi, la Ministra de desarrollo Social de la nación, Dra Alicia Kirchner, el Dr. Luis Galvarino, Director del Hospital Municipal Eva Perón, la Dra. Susana Bagnato, Secretaria de Salud Pública, el Dr. Jorge Collia, Vicedecano de la Universidad de Morón, el Dr. Domingo LIotta, Decano de la Facultas de Medicina.
El convenio establece que los alumnos se capacitarán y sumarán experiencia en las áreas de cirugía, clínica médica, diagnostico por imágenes.
El objetivo es poder integrar también el internado rotatorio, siendo ésta la última parte de la formación de los alumnos en profesionales (residencias hospitalarias)
Por su parte el Intendente Dr. Raúl Alfredo Othacehé valorizó la firma del convenio “Es importante tener a una eminencia en la medicina como el Dr. Liotta en Merlo y es un día de suma alegría por el objetivo logrado. Esto permitirá el crecimiento de la región y un gran desarrollo para los médicos, para la Universidad de Morón. Estamos muy felices y es un avance muy importante en el área académica del Hospital Eva Perón, dijo.




Día Nacional del Caballo

20 de septiembre
Ley Nacional para establecer el Día Nacional del Caballo
Si, cada 20 de septiembre los tradicionalista, sobretodo, conmemoran el Día Nacional del Caballo .
Un homenaje y reconocimiento que se le realiza a los caballos, reconociendo la importancia de ellos en la Independencia de nuestro país.
De allí se rescata el popular dicho: “la Patria se hizo de a caballo”.
Distintas fiestas, en distintos lugares del país se realizan en esta fecha y que se utilizan para dar a conocer las habilidades de estos, su mansedumbre, su capacidad de trabajo y competencias.
Algunas son “resistidas” por determinados sectores por que en realidad desconocen la esencia de las mismas y la cuestionan –según estos sectores– como maltrato al animal.
Nada más lejos de esto. Los tradicionalistas tienen como objetivo principal el proteger, cuidar y hasta malcriarlo al noble y más fiel amigo del hombre. 
Muchos confunden a algunos sectores de el “ambiente” de los caballos con los tradicionalistas, por ejemplo: a los que utilizan carros (carreros) para trabajar en la vía pública recogiendo sobrantes.
Nada más equivocado que esta asociación. Que si existen sí!. Pero son un sector nada comparable con los tradicionalistas.

Por la Ley Nacional 25.125 del año 1999 el 20 de Septiembre se celebra el Día Nacional del Caballo, en recordación de la fecha de culminación del viaje de Aimé Tschiffely en 1928 arribando a Nueva York.
El Dr. Luis Romero escribió, en el Reglamento General de Caballerizas de la Institución, que el Gaucho, su Caballo y la Pampa forman una trilogía inseparable.
Brindémosle día a día los cuidados que ellos se merecen.







"El Chupacabras"

Leyendas populares
"EL Chupacabras"
Cuentan los lugareños de algún paraje lejano, en Centroamérica y también en el interior del país, que un extraña criatura mitad humana y mitad animal, de pequeño tamaño muy horripilante, suele azotar las poblaciones ganaderas para alimentarse de la sangre de los animales a quienes los paralizaría con su mirada –similar a las víboras y a las arañas– para luego chuparles la sangre a través de un único agujero en su cuerpo que lo diferencia de otros depredadores que generalmente destrozan a sus víctimas.
También se le atribuye a ciertos hechos ligados a ritos satánicos.
Las historias del “Chupacabras” comenzó a ser una leyenda urbana y varias veces fue publicada por periódicos norteamericanos e hispanos. Muy pronto nació el “marketing”, vendiendo camisetas y gorras de béisbol. 
Tuvo su origen en Puerto Rico, luego los países de América central y América del Sur.
En la Argentina se habló del “Chupacabras” en 2002, a raíz de la aparición de animales extrañamente muertos.
Actualmente el esqueleto de un extraño animal (¿?) fue hallado en el norte de la Provincia de Santa Fe, posee garras y colmillos pero también se lo puede asociar a una figura humana deforme.
Este esqueleto es exhibido en la casa de una familia de Rosario. La imagen de la misteriosa criatura causa asombro y hasta terror entre los que se atreven a visitar el lugar.


jueves, 12 de septiembre de 2013

El Matrero de Tres Lagunas

Leyendas Populares

El Matrero de Tres Lagunas

Por Rubén Bourlot
Publicado originalmente en revista Orillas, 21/71/2013
Entre Ríos es tierra fértil en mitos y leyendas, en relatos de milagros y sucedidos. La solapa es el duende más popular de la región y el Lázaro Blanco el milagrero que recorre el imaginario popular del norte provincial. Pero también existen personajes con un predicamento muy encarnados en su pago, de quienes suelen contarse historias extraordinarias, como es el caso de Carmelito Acosta, un gaucho matrero de la zona de La Paz. Nacido en el distrito Tacuaras hacia 1870, es un gaucho que vivió solitario y al margen de las normas de lo que se llama la “civilización”, con la única compañía de su fiel caballo ruano Pajarito. Como los antiguos matreros, a semejanza del Calandria que con maestría retrata Martiniano Leguizamón en su comedia campestre, Carmelito no gusta obedecer a la autoridad ni depender de un patrón. Vive de la bondad de algún amigo, tal vez de lo que puede obtener de un conchabo ocasional, pero más de las veces de carnear algún ajeno. Pero su justa fama no viene del robo de las reses que le sobran al estanciero sino de las pendencias en los boliches por una copa bebida demás y de su habilidad para escapar de los milicos. Rara vez la autoridad logra atraparlo. 
Su refugio es un hueco cavado en un tronco de guaraniná en los campos de Tres Lagunas. 
Aguedo Martínez relata que en una oportunidad, en horas nocturnas, Carmelito se dirige a la casa de una amiga, quien es la que le lava la ropa, sin advertir que en los corrales de la casa lo espera una partida policial. Cuando desmonta de su ruano recibe el ataque con armas de fuego y una bala alcanza su pierna lo que le impide montar de nuevo. No le queda más recurso que prenderse a la cola de una vaquilla, que espantada por la batahola huye junto al resto de la tropa y así logra escapar de las autoridades.
Otra hazaña que se cuenta lo tiene de protagonista en un boliche tomándose una ginebrita, cuando llega otro gaucho que se acoda al mostrador y luego de mojar el garguero como corresponde mira desafiante a Carmelito. Y de la mirada se fueron a las palabras, y de las palabras al facón. El parroquiano con facón y Carmelito con un cuchillo que con gran habilidad le metió un agujero en el cuero del rival que lo dejó fuera de combate y con una marca para toda la vida.
Y sigue la saga. Un domingo, en esas raras oportunidades que visitaba la casa de una amigo, es sorprendido por la policía pero lograr zafar montado en su ruano saltando los cercos. Sobre el lomo de su Pajarito, no había portón ni alambrado que lo atajara.
Otro testimonio lo brinda Roque Casals, de Santa Elena, que aporta datos brindados por Jesús Blanco, integrante del Conjunto “Los Peregrinos”: Carmelito era amigo de su padre, Juan Ramón Blanco, oriundo de Ombú. En los años 1947 y 1948, cuando Jesús tenía alrededor de 10 años, Carmelo visitó su casa del barrio puerto de La Paz (…) Tenía un caballo ruano, que saltaba los alambrados y con un silbido lo tenía a su lado (…) Nunca se le conoció muerte; posiblemente era cuatrero porque era muy perseguido por la policía.
Pero además de sus habilidades para montar y manejar el cuchillo, tiene una particular destreza para el dibujo, tanto que en el papel es capaz de reflejar el paisaje agreste que lo rodea. Lo menciona Martínez y también Linares Cardozo, el maestro de la chamarritas, en su libro Júbilo de esperanza. Dice el autor de La Lindera que en una oportunidad, pintando un paisaje en el arroyo Estacas, se le aparece el famoso gaucho, anciano ya “espigado, ágil todavía, muy prolijo y aseado en su vestimenta, con una cabellera blanca que le caía, sujetada a la altura de la frente por una vincha que la hacía patriarca gaucho. Su presencia fue como una aparición, llevaba puesto en ponchillo que protegía la espalda. Dejé mi trabajo para atenderlo. Según sus palabras andaba con sus perros rastreando un zorro por el arroyo. Curioso, se sintió atraído por mi paisaje que lo observó un largo rato, para finalmente dar su juicio pícaro y travieso: ‘el que sabe, sabe, el que no sabe, ignora y el ignorante pelea…’ Luego me confesó el entusiasmo de toda su vida por el dibujo, por la música y las artesanías. Don Carmelito me hacía notar su gran amor por la naturaleza, los pájaros, los bichos (…)”
Hoy el campo donde se realiza la Fiesta del Toro, en campos de la familia Genés, en la zona de Yacaré, se denomina precisamente “Carmelito Acosta”. Cuenta Marcelo Faure en la página del Centro de Estudios Históricos Arturo Jauretche, que “Pituco Martínez acceso a un papel de estraza (que se usaba para envolturas en los viejos almacenes) con escritos y dibujos de Carmelo Acosta hechos con pétalos de flores del monte”.
Un copla popular lo recuerda: “Un gaucho de Tres Lagunas/ con cara de zorrito/ no hay alambrado que ataje/ a su ruano Pajarito”.

Y así lo pinta Héctor Cacho Miño en su chamamé Campo Carmelito Acosta.

Llega la “Fiesta del Toro”, ya se escucha los murmullos
Por el lao de “Tres lagunas”, por el pago del “barullo”.
Allí junto al Yacaré, ese arroyo entrerrianito
Está el campo de destreza, bien llamado “Carmelito”.

Gauchito de “Tres Lagunas”, aunque los años pasaron
se recuerdan sus andanzas, porque en la gente quedaron.
Era ágil cual un gato y le sobraba el valor
al tratarlo muy amable, buen dibujante y pintor.

El Caballo, las mismas alas de Dios!!

Leyendas Populares
El Caballo
Dios recorría el mundo después de la Creación, cuando al pasar por el desierto escuchó los gritos y el llanto de un beduino. Al preguntarle por qué lloraba el árabe le respondió: "Vi las riquezas que  los otros pueblos recibieron y para mí solo me distes arenas".
Dios percibió que no había sido justo y le respondió: "No llores más, te voy a compensar dándote un regalo que no le dí a ningún pueblo". 
Y tomando con la mano derecha al viento del sur que pasaba y dijo: "Plásmate viento del sur, voy hacer de ti una nueva criatura. Serás mi regalo y mi símbolo de amor a mi pueblo".
Y continúo: "Para que seas único y que nunca te confundan con las bestias, tendrás la mirada del águila, el coraje del león y la velocidad de la pantera. Del elefante te doy la memoria, del tigre la fuerza, de la gacela la elegancia. Tus cascos tendrán la dureza de la sílice y tu pelo la suavidad del plumaje de la paloma. Saltarás más que el gamo y tendrás del lobo el olfato. Serán tuyos los ojos del leopardo por las noches y te orientarás como el halcón que siempre vuelve a su origen. Serás incansable como el camello, tendrás del perro...el amor a su dueño. Te doy el color del Universo y he depositado en el tupé -que cuelga entre tus ojos- la felicidad. Será veloz en la lucha como en la huida. Transportarás  riquezas en tu dorso y traerás fortuna con tu mediación" . Entonces colocó en el caballo la señal de la gloria y la felicidad : un remolino, principalmente en su frente y que puede cambiar de color.
"Finalmente, caballo, como un regalo mío al hacerte caballo, te doy para que seas único: la belleza de la Reina  y la majestad del Rey".
Entonces sopló sobre el puñado de viento creando el caballo y decía: " la virtud inundará el pelo de tus crines y tu grupa, serás mi preferido entre todos los animales por que te he hecho amo y amigo, te he conferido el poder de volar sin alas. Y ahora ve y vive cuarenta días y cuarenta noches...sacrifícate  y aprende a resistir la tentación del agua, broncea el color de tu cuerpo y aligera tus músculos de grasa . . . porque del viento vienes y viento debes ser en la carrera".