Periodista, por qué?
Hoy a mis 70 años y en un día como en el que en mi país
se conmemora el Día del Periodismo, tuve
ganas de contar como llegue a serlo.
A mis 13 años viajaba yo todas las mañanas a mi escuela
secundaria, ETIM Nº1 de Merlo, ubicada en la antigua Avenida Vergara a una
cuadra del Mástil. Tomaba el colectivo 136 en la Ruta 200 todas las mañana alrededor
de las 07:00 horas.
De tanto en tanto veía pasar un “fitito” (Un Fiat 600)
rumbo a Merlo, hasta que un día, mientras esperaba yo el colectivo y llovía, de
tuvo su marcha, bajó la ventanilla el conductor y me dijo: “vas hasta Merlo te llevo”.
Así conocí a Manuel De Arma, “Manolo”, “El Loco De Arma”,
dueño del periódico local “Juventud”.
Llevaba varios ejemplares de su periódico que distribuía
personalmente.
Mirando yo de reojo un artículo, descubrí un error en la
redacción del mismo (yo manejaba para ese entonces muy bien lengua y literatura
en mis estudios) y sin ofenderle le hice el comentario, que agradeció.
A la otra semana, nuevamente, al verme en la parada del
colectivo (esta vez no llovía) me alcanzó esta la puerta misma de la escuela
pero esta vez con un ofrecimiento: “Veo que te gusta el periodismos” me dijo. “Si
leo mucho contesté” y me preguntó: “ No querrás ayudarme en el periódico?”. “ Y
que tengo que hacer”, pregunté. “Mirá yo casi todo lo hago solo y necesito un
colaborador, te animas? –preguntó- “sobre la marcha vemos en qué me podes ayuda”.
Y así quedamos en vernos al siguiente sábado en la redacción de su periódico.
Luego le comenté a mi padre el hecho, quien para mi asombro,
conocía muy bien al “Loco de Arma” (para ese entonces mi padre era cartero en
el Correo de Merlo y en su reparto estaba el domicilio de Manolo).
Y así comenzó mi paso en el periodismo escrito.
Comencé cubriendo el deporte juvenil en el distrito, boxeo
infantil en la Sociedad de Fomento Loma Grande (mi barrio) y en otra del Parque
San Martín “Cervantes”.
Le ayudaba en las correcciones, en la distribución del periódico
y luego en las páginas que tenía que ver con los estudiantes y sus reclamos.
Corría el año 1964 y en el marco de las
tensiones provocadas por la proscripción peronista y la amenaza de retorno de
Perón, El presidente era Don Arturo Illas y su Vice Carlos Perette, ambos de la
Unión Cívica Radical. Don Arturo fue un
médico y político argentino, presidente de la Nación Argentina entre el 12 de
octubre de 1963 y el 28 de junio de 1966, cuando fue derrocado por un golpe de
Estado cívico-militar. Se articula el clima
de violencia política imperante, tensiones partidarias, entre fracciones
políticas .
Y hacía allí, sin proponérmelo, comencé
a vivir el mundo del periodismo político que se vivía en el país.
Fueron dos años a pleno entre mis
estudios y el periódico “Juventud” con el cual me pagaba mis propios gastos
(que en esa edad yo ya tenía).
Luego cambie mi lugar de estudio y mi orientación
vocacional me llevó hacía otra carrera, la de Maestro Mayor de obras y en el
distrito no se podía cursar y me fui a
estudiar a Capital, lo que obligó a abandonar mi orientación de improvisado
periodista juvenil..
Después, años más tarde nos volvimos a
encontrar con Monolo, yo me desempeñaba en la Dirección de Arquitectura y
Urbanismo del Municipio de Merlo y fue una sorpresa (agradable para los dos)
volvernos a encontrar.
Me ofreció nuevamente colaborar con él,
pero yo ya estaba colaborando con otro periódico local “El Fortinero” del “Gordo
Ortíz, más a fin a mi pensamiento ideológico.
Seguimos en contacto bastante seguido,
más por su propia actividad que las mías, aunque también se puede decir, por la
importancia de las obras municipales que se realizaban desde la Dirección en la
que me desempeñaba junto a mis maestros –en ese rubro, la arquitectura- Rubén
Pedro Carrizo y Oscar Piccini.
Era el año 1970. Qué año en la Argentina.
Luego, ya nos dejamos de ver, su propia
actividad como militante radical, lo hacía menos visibles en lugares públicos
en donde antes se lo solía ver.
El recuentro fue esta vez entre un empresario social –ahora sí- ( ex Senador
Provincial) con el periodista comprometido y fue un día antes de que “El Loco
De Arma” tomara a determinación de incendiarse a “lo bonzo” .
Manuel de Arma, con un diario en la mano, fue su vida. Así se lo recuerda sonriente, desafiando al poder político, con amigos
Y eligió finalizar su vida estando en todas las tapas de los diarios del alcance nacional .