Todo el país y el Mundo entero se refirió a la tragedia.
Mueren 49 personas y hay 600 heridos. Ese fue el primer informa oficial sobre el accidente.
Y un montón de conjeturas nacieron en el mismo momento que se conoce. El tren se quedó sin frenos, el mótorman se durmió, los trenes son viejos, y los más exaltados manifestaban “que hace la presidenta”.
Todos los informes dan cuenta que el tren venía con un 60% real de su capacidad, por ser el mes de febrero en el cual todavía hay mucha gente de vacaciones. Los testimonios afirman que la mayoría de los usuarios se dirigen hacia la “punta” de la formación, al llegar a “11” (algo que también hacemos cuando viajamos).
El dirigente gremial e integrante del Partido Obrero, El “Pollo” Sobrero, confirmó que la formación ferroviaria siniestrada, había sido reparada y “chequeada” el día anterior en los talleres y que se encontraba en condiciones de “prestar servicio”.
Sobre la antigüedad delos vagones, los bomberos que actuaron en el lugar confirmaron que las chapas que conforman la estructura de los vagones es tan dura (por su grosor) que hacía imposible cortarla para sacar a los heridos.
Los años pasan, pasan los siglos y “Cambalache” más vigente que nunca.
Los argentinos tenemos la costumbre de mezclar “la Biblia con el calefón”, pero continuamos “pegando la pelota en el palo”.
A nadie se le ocurre pensar en responsabilidades de empresas privadas que no invierte, claro por que esta misma gente protestaba cuando eran “estatales”.
Y, si hoy el Gobierno le exige invertir, estas empresas protestan y dejan de prestar servicios. (no los trabajadores, los dueños y responsables) .
Fatalidad, negligencia, destino, nada de esto va a revertir la realidad.
Los muertos reclaman que esto no ocurra Nunca Más!!
Y solo Dios es quien lo puede evitar.