A ver si nos entendemos
Muchos argentinos adoptamos hace varios años, nuestra propia Biblia.
La bautizamos como: “la Biblia Gaucha”.
Es la manera de describir las páginas históricas de Don José Hernández, “El Martín Fierro”.
De él extraje uno de sus versos que dice así:
“Soy gaucho y entiéndanlo
Como mi lengua lo explica
Para mi la Tierra es chica
Y si pudiera ser mayor
Ni la víbora me pica
Ni quema mi frente el sol”
Así definía el escritor a su personaje, con la semblanza, su postura
ante la vida y las circunstancias que debía afrontar, pero…
fundamentalmente su ética personal, su estilo de vida.
Parafraseando a José Hernández (salvando la enorme distancia
que nos separa) les diré que:
“Soy periodista, así como mi lengua lo explica”.
Periodista desde el día en que nací, aunque la vida me obligó a
realizar muchas otras profesiones, siempre con la misma
responsabilidad.
“Para mí las páginas son chicas y si pudieran ser mayor”, no me faltarán palabras para llenarlas con responsabilidad, esmero y fundamentadas, lo que evitará que “la víbora me pique ni queme mi frente el sol” por que camino con la frente bien alta.
Entonces espero que aceptes una propuesta:
“no te preocupes por lo que yo escriba, más bien preocúpate por
lo que tú haces”
Porque cuando las cosas son buenas “las palabras me van brotando cómo agua de manantial” .
“Yo he conocido estas tierras
donde el obrero vivía
y su ranchito tenía,
a sus hijos y su mujer,
era delicia al ver
como pasaba sus días”
Hasta que a alguien se le ocurrió demostrar que tenía mayor
capacidad que otros y comenzó a disputarle sus pertenencias, a
tratar de callarlos, a perseguirlos y a ocupar sus espacios.
Pero Don José Hernández también tuvo palabras para reflejar la
realidad:
“Que nadie se muestre altivo
porque en el estribo esté
que suele quedarse a pie
el gaucho más advertido”
Y sobran los nombres para asemejarlos. Los hombres pasan, las
historias perduran.
Preocúpate para que tú historia perdure por las buenas obras que yo me ocuparé de informar y escribir con la veracidad de todos estos años en que ejerzo mi profesión y que es lo único que hará que me recuerden.
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Un foto que me recuerda mi infancia. Mi padrino, Don Armado Tejada Gómez.
Cuando solo tenía yo 10 años no más, había bajado del tren y al llegar a casa él estaba cenando con mi padre y mis tíos, me vió preocupado y me preguntó: qué pasa ahijado que tiene esa cara? a lo que yo respondí: "a esta hora, al bajar del tren, vi a muchos chicos en la calles, debe haber millones de niños que viven en la calle".
Solo es vastó para que naciera su mejor poema "A esta hora hay un niño en la calle". |