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lunes, 14 de marzo de 2016

Violento desalojo


El desalojo de las 60 hectáreas
visto desde todos los ángulos

Esto comenzó antes del recambio de autoridades en el Gobierno Municipal.
Algo que puso a Merlo en las páginas radiales, televisivas y escritas de todos los medios de alcance nacional.
Y, pese a la judicialización de las tomas, realizada por el actual intendente, Gustavo Menéndez, continua la Justicia sin establecer ni develar la principal incógnita:  quién o quiénes son los responsables de que esta acción haya tomado cuerpo, justamente, en un espacio de tiempo político muy especial, como lo fue el recambio de autoridades.
En medio. . . Está la gente.
Más allá de las acusaciones cruzadas entre Menéndez y su gente y Othacehé y los suyos las “tomas” de los predios y de viviendas en construcción avanzó en todo el distrito.
A la Justicia ( a los responsables de ejercerla)
Les extrañó que esto solo ocurriese en éste distrito del conurbano bonaerense y no se propagara en el resto, aunque si hubo algunos movimientos en la localidad de Moreno, mucho menos conflictivos.
La Defensa de los ocupantes habían logrado que el Juez de Garantías, Humberto Meade, dictara un amparo por 180 días, pero la presión política ejercida sobre él (es muy flojo de convicciones y muy ambivalente ya lo ha demostrado en muchos casos en que le tocó resolver), se desdijo de lo actuado y ordenó 72 horas más tarde el desalojo.
El detonante fue la muerte de un niño de solo 8 años (Oscarcito) que quedó en medio de un tiroteo, según los vecinos del lugar, enfrentamiento entre presuntos “narcos” que se disputaban el territorio.
La familia del chico pidió justicia, ellos viven desde hace varios años en el barrio frente a la Ruta 1003, a las 60 hectáreas abandonadas por sus dueños a la “buena de Dios” y que hoy ponen “el grito en el cielo” por que se las usurpan.
El Intendente de Merlo fue notificado de que iba a ocurrir el desalojo de los “ocupas” por parte de la Fuerza Pública y según parece, le pidieron colaboración con maquinaria pesada del Municipio (palas frontales y retros)
Menéndez, en diálogo con un medio capitalino de alcance nacional (TN) manifestó: “la información que tenemos es que va a ser absolutamente pacífico”  (el desalojo) . Dijo
Lo que pasó en realidad no fue nada pacífico, dentro del entorno más cercano al Jefe Comunal dicen que “lo sorprendieron en su buena fe” y aseguran que de imaginarse un accionar así “hubiese puesto reparos en prestar la maquinaria que le solicitaron a modo de colaboración con la Justicia”
En la misma señal televisiva TN de Canal 13 (Magnetto = Macri) confirmó que: “los dueños de los terrenos habían solicitado la urbanización de los mismos (60 hectáreas abandonadas) a las autoridades” . Si así fuera estaba a la vista de que nada se realizó pero...lo cierto es que los únicos obligados

por el Código de Edificación de Merlo –vigente– y leyes provinciales y nacionales de urbanizar las 60 hectáreas son sus dueños, comenzando por lo más elemental, construir los cercos y veredas reglamentarias y mantener los predios o fracciones de tierra libres de malezas y basuras protegiendo  el medio ambiente y el uso específico del suelo y su posible contaminación.
Algo que nunca hicieron.
 
Otra cosa es que el municipio realice obras viales desagües, caminos y arreglo de calles circundantes a la fracción, limpieza y conservación  de la vía pública y el contralor,  casi policial, del arrojo de residuos, para eso se creo la Policía Ecológica.
Estas fracciones de tierra hace años que están abandonadas y no se pudo establecer si cumplen con sus obligaciones fiscales ya sea municipales, provinciales y/o nacionales.
“Tierra de nadie”  NO!! Tierra de cuatreros y ladrones de todo tipo. Y ahora también de “narcos”.

Esencialmente utilizada por el abigeato (robo de caballos y vacunos, especialmente caballos). Allí entre sus pajonales, fruto del abandono de sus propietarios, escondían su robos “los Ramírez” que viven en frete, “El Coqui”, “El Juanchi”, “Cepillo”, “Cabeza de Chapa”, tierra del “Mangrullo”, del “Gauchito”, entre otros tantos.
Hectáreas que por su condición de abandono se utilizaban para “aguantar” el robo y desde allí en horas “liberadas”, pasar el fruto de lo robado hacia la Villa “El Torero” que está detrás y que aún hoy ni Gendarmería se atreve a ingresar, menos la Policía de la Provincia.
Por cierto que hay un cúmulo de responsabilidades, comenzando por Jueces, Fiscales, Agentes de Seguridad que conviven con los malvivientes y de funcionarios que miran para otro lado y por supuesto los dueños de estas tierras que especulan con sus “valor agregado” esperando que se las expropien  para cobrar tres veces más de lo que valen o de otra manera esperar las infraestructuras que las revaloricen sin que ellos hagan el menor esfuerzo.
Si, son tierras ocupadas ilegalmente, eso es verdad. Pero cabe una pregunta: es ilegitima su ocupación por parte de familias que puedan demostrar que son justamente eso –familias– matrimonios con hijos y sin viviendas?.
Revisemos qué dice la Constitución Nacional, brevemente
En Argentina el derecho a la vivienda es un derecho humano consagrado en la Constitución Nacional y en diversos tratados internacionales con jerarquía constitucional, definido como “el derecho de todo hombre, mujer, joven y niño a acceder y mantener un hogar y una comunidad seguros en que puedan vivir en paz y dignidad”
2 . Particularmente, el derecho a la vivienda es receptado expresamente en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; en el artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Este enunciado constitucional (art 14 bis) demuestra a las clara que esas “tomas” pueden considerarse “ilegales” pero NO ilegitimas, tratándose, por lo someramente expuestos, de fracciones de tierras abandonadas por la especulación de sus propietarios, ante la pasividad de los gobiernos de turno actuantes.
Esto fue un delito cometido por las Fuerzas de Seguridad (incendiarles las pertenencias a los que menos tienen) amparados por un Juez de garantía que no garantiza nada.
Mientras tal cual rezan las pancartas, los “supuestos narcos” continúan haciendo sus primaveras.
 




 




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