Corolario

El hilo se corta por lo más delgado

 De cualquier manera, los presentes tuvieron la oportunidad de conocer, al menos en algún detalle, el estado actual del municipio. En las condiciones que Menéndez lo recibió.

Habló de superar etapas y de no plantear revanchismo ni rencores, se comprometió a abonar los sueldos adeudados por la anterior administración que corresponden al mes de noviembre, pero se cuidó muy bien de decir que estaba pensando ya en declarar en emergencia económica al municipio y rebajar los sueldos a los trabajadores a la mitad y que además, estaba tejiendo un acuerdo con el Sindicato Municipal y sus dirigentes gremiales, un acuerdo para anular un beneficio salarial acordado por la administración othacehísta y que el Sindicato apoyó en su momento y “vendió” como una conquista gremial.

Esta actitud fue resistida por un sector de los empleados, dicen: los más politizados con la administración anterior, que efectuaron un intenso y grotesco reclamo, primero en la sede del Sindicato al grito de “gallego traidor”, acusando así al Secretario General, González de “haber pactado en contra de los trabajadores con la nueva administración municipal y a sus espalda” y luego en la puerta del Palacio Municipal.

El grueso del personal acepto a regañadientes la determinación, bajo promesa que tal situación se iba a revertir y que “se estaba analizando caso por caso”. Son los trabajadores reales quienes tomaron esta determinación “desensillar hasta que aclare”, dijeron especialmente los profesionales de cada área.

Entre los protestantes, no solo se escucharon reclamos a la actual administración, también hubo muchos comentarios agraviantes para “El Vasco”.

“Es un hijo de puta, nos dejó a todos colgados como si fuéramos preservativos descartables, nos obliga a ponernos de rodillas ante los nuevos”, se escuchó decir aun trabajador y militante con muchos años y que ya venía de una administración anterior, con el primer intendente constitucional de esta etapa, “Pocho” Suarez, que continuó con todos los avatares de cada cambio de intendente, el último fue cuando se fue Gustavo Green.

Otros se mostraban dolidos por esta actitud de quien los conducía en la militancia y culparon a sus colaboradores más directos, como al Dr. Giacomino, al Ingeniero Pazos y aun entorno que, en los últimos años, le hacía tomar actitudes muy equivocadas (a Raúl).

“Nos responsabilizaban a los militantes de haber perdido las Pasos, y  las perdieron ellos que, como saltimbanqui, estaban de aquí para allá”, afirmó un Director que trabajó como tal todos estos años –bajo contrato– y ahora lo incorporaban a personal de Planta Permanente y no había cobrado ni un peso para la Nochebuena y Navidad. “Se olvidan que también nosotros tenemos familia, ni el que se fue ni el que llegó tienen derechos a menospreciarnos de este modo. Somos seres humanos, más allá de la pertenencia política en determinado momento, los dirigentes políticos tienen la obligación de respetarnos”, se despachó mientras prendía el octavo cigarrillo en quince minutos.

Y aquellos que tratan a diario con los vecinos de su barrio afirmaron: “El Vasco” salió con los tapones de punta contra Daniel Scioli, lo trató lo mismo que a un delincuente, con carteles en espacios públicos, utilizando todos los medios para difamarlo y después nos dijo hay que trabajar para Daniel, lo trajo a Merlo, se dieron un abrazo y abajo nos quedamos todos mirándonos y preguntándonos ..y ahora qué?.

Es la triste realidad que pasa en el distrito, realidad que se repite, ya pasó en otros recambios, en los últimos tiempos no se sintió porque Othacehé se mantuvo por seis periodos consecutivo al frente del Municipio de Merlo.

Ya está más que evidente que en cada cambio de rumbo o color político el “hilo se corta por lo más delgado” y es sin dudas el sueldo de los trabajadores.

Si hay similitud con actitudes del Gobierno Nacional, es pura coincidencia. En Merlo, gobierna el

P E R O N I S M O del FpV. … O no?.