"Jamoncito" Milei finalizó su show en el Luna Park al ritmo de Se viene el estallido.
Fue el 22 de mayo.
Una semana después, estalló el elenco inestable de la Casa Rosada, mientras Jamoncito representaba en el exterior su papel de Mesías Libertario Salvador del Universo.
El jefe de gabinete Nicolás “Bernardo” Posse tuvo que renunciar envuelto en un escándalo por supuesto espionaje ilegal a ministros que debía coordinar. Además de encargarse de exhibir una proverbial ineptitud.
En apenas seis meses se dedicó a llenar de arena los engranajes del gobierno. El asistente de "don Diego de la Vega" se cansó de cajonear nombramientos para cubrir las vacantes ministeriales, incinerando, por obra de tamaña irresponsabilidad, una larga amistad con el Presidente. No solo eso, también dejó una extensa estela de distintos desaguisados que su reemplazante, Guillermo Francos, "El Federal Dialoguista", deberá resolver -seguramente- fiel a su estilo de caballero de la rosca criolla, tan denostada por "Jamoncito", aunque imprescindible para romper el invicto de medio año sin lograr la aprobación de una sola ley en el Congreso.
La primera tarea de "El Federal Dialoguista" ha sido destrabar en el Senado el dictamen de la Ley Bases del Neocolonialismo, la que alcanzaría sanción positiva antes de fines del mes en curso. Caso contrario, a encomendarse a las fuerzas del cielo, o que el demonio te lleve.
Igualmente, a la funesta gestión de "Bernardo", debemos incorporar, en este breve comentario, el estallido superior ocurrido en el Ministerio de Capital "Inhumano". La señora Sandra “Ojitos” Pettovello camina por el borde de la cornisa (que no es el programa televisivo de Luis Majul, claro) y ha quedado en una posición dificultosa. Resta saber si el apoyo incondicional de "Jamoncito" alcanzará a preservarla de la embestida en su contra que arrecia desde el frente político y judicial. La oposición, en este caso liderada por el kirchnerismo, como un tiburón furioso, detectó sangre y se abalanzó a devorarle las entrañas, descargando una copiosa lluvia de denuncias. ¿Exagerada? Es evidente a todas luces que a los libertarios se les quema el rancho. Sin embargo, ponerle punto final anticipado a este gobierno desastroso, es un deseo desestabilizador que inquieta a millones de argentinos acorralados por la miseria y la desocupación. La democracia obliga a respetar la decisión de la soberanía popular y a cumplir los tiempos institucionales de acuerdo con lo que establecen la Constitución y las leyes.
Paciencia!.
"No hay tiempo que no se acabe,
ni tiento que no se corte"
Martín Fierro.
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