desaparece parte de nuestra historia
Cuentan lo lugareños que fue construida a fines del siglo XIX.
Ubicada en un punto estratégico para esos tiempos, la intersección de la Ruta 1003, muchos lo llamaban “Camino Real”. Hacia el sur, rumbo a Marcos Paz, hacia el sudeste, rumbo a Pontevedra y 20 de Junio y hacia el norte con rumbo a lo que hoy es Mariano Acosta y Ruta 200. Distante a unos 3 kilómetros de la conocida “Curva de la Teja”, que permitía el acceso a la ciudad de Libertad, San Antonio de Padua, Ituzaingó y especialmente la cabecera del distrito, Merlo Centro. En aquel entonces los “pagos de Don Francisco de Merlo”, como se lo conocía entre los pobladores de la región.
Parada obligada de los reseros que, arriando sus tropas, ponían rumbo a Matadero.
Según los datos recogidos de distintos pobladores que conocieron “La Blanqueada”, fue construida por una familia de ingleses asentados en Buenos Aires, capital. Que buscaban realizar algún tipo de actividad que, ligada al campo, les permitieran afincarse en la Argentina definitivamente.
Viejo" Camino Real", hoy Ruta 1003 Hacia Marcos Paz |
Hay quien afirma que “La Blanqueada” fue “un casco de estancia”, con muchas hectáreas, pero las versiones más firmes la indican como “Almacén de Ramos Generales y Pulpería”. Lugar en el que los reseros (criollos arriando hacienda), utilizaban para “hacer noche” y descansar tras una larga e intensa jornada, para muy temprano del día siguiente, continuar su arreo hacia los Corrales de Matadero.
Sus últimos moradores permitieron que un Regimiento Militar se asentara en el lugar, a raíz del creciente abigeatos que azotaban la zona.
No falta quien asegure que en los sótanos de “La Blanqueada”, permaneció en “los cepos” el Gaucho Juan Moreira. Y que junto a él -“la milicada”- tenían cautivos Hormiga Negra y Mate Cocido. Dos conocidos “bandidos rurales” que le quitaban a los ricos para repartir entre los pobres.
Sobre la misma calle Gavilán, supo vivir un famoso poblador, dedicado a las tareas de “tambo” (ordeñe de vacas propias –no todas- a mano) y posero (extracción de agua), nacido un 11 de noviembre en 1901 y que solía contar como se desarrollaban las tareas en “La Blanqueada” con los Reseros. Don Bartolo, de él se trata (aún quedan sus descendientes viviendo en el mismo lugar y el Director de “El vecindario” fue un partícipe directo de sus historias).
Félix Gutiérrez |
Otro de los importantes narradores de la historia de “La Blanqueada” es el vecino Félix Gutiérrez, nacido y criado en el lugar que, a sus 70 años, fue pintando el paisaje de antaño alrededor de la histórica “Pulpería y Almacén de Ramos Generales” y es uno de los pocos que pudo ingresar a los sótanos y ver con sus propios ojos, “los cepos” y “grilletes” abandonados por las fuerzas de seguridad de la época y de los cuales se cuenta sirvieron para aprisionar a los “bandidos rurales”, de los que inmortaliza el propio compositor León Gieco en su canción del mismo nombre: “Bandidos Rurales”.
Su propio abuelo, Félix Anastasio Gutiérrez, supo tener tropilla para los arreos y las mayorías de las veces, era contratado en el lugar.
Hoy solo quedan algunas ruinas de lo que fuera, para esa época, la más importante construcción de la zona.
“La Blanqueada”, junto al “Monte de las Animas”, distantes un par de cuadras, seguirán guardando el misterio que encierra en lo más profundo de sus entrañas de muertos y aparecidos.
El paisano Juan Manuel Leiva, sorprendido en unas de sus tareas más reconfortante (cepillar su brioso caballo, compañero de aventuras), recordó unos versos camperos que pertenecen al Poeta y Escritor Argentino, Pedro Rizzo (ya desaparecido) que narran en décimas por milongas actividades de “La Blanqueada”, aunque no se puede asegurar a ciencia cierta si se trata de la “Pulpería y Almacén de Ramos Generales” de ésta historia.
Lo cierto es que, las riquezas auténticas de los siglos XVIII y XIX, van desapareciendo, dejando paso al tan mentado “progreso” y a la civilización.
La vivienda de los caseros, preserva aún las características originales de la construcción de la época, horno de barro incluido. |