El País K y anti K
No se necesitan muchas palabras para entender que es lo que trataremos en el editorial del mes.
En cada hechos cotidiano está presente. A favor o en contra del Gobierno Nacional.
En el trabajo, en el club, en la peluquería y hasta en el supermercado, doña Rosa (no la neustatiana) y Don Juan La Calle plantean el “debate”.
Ahora, está bien que se halla instalado éste debate??.
Quién lo instaló y por qué ?, se podría preguntar.
Y eso es algo ya más difícil.
La concepción misma de los argentinos nos indica la predisposición de estar “entre a favor o en contra”.
Y podríamos decir que está bien que halla “debate” dentro de nuestra democracia.
Ahora quién lo instaló y por qué? Es el gran desafío que debemos afrontar y desentrañar.
Es casual que, fuertemente, la sociedad argentina se halla dividido entre los “K” y los “anti K”. No, no es casual. Es fruto de una “intencionalidad” que tiene que ver con quiénes han detectados “el poder”, político y económico dentro y fuera de la sociedad argentina, históricamente.
“Permítanme que me quede hasta diciembre…”. “No, el estorbo son ustedes…”. Diálogo que se reproduce en el libre de Raúl Alfonsín y que habría sido mantenido entre el entonces presidente y el dueño del “imperio” Clarín, Magnetto.
Podemos recordar la figura del candidato a reemplazarlo, Carlos Saúl Menem. Traía en su gobierno la promesa de la “Patria Morena”, las “largas patillas de los caudillos” y cientos de reivindicaciones sociales que nunca se cumplieron.
De Eduardo Duhalde, que se planteaba reemplazarlo desde la Gobernación de la Provincia y ya gastaba 15 millones de pesos semanales en el diario Clarín, por la confección de un “suplemento de los domingos”
En el 2003, apenas Néstor Kirchner asumió la presidencia, el Establish local se reunión con él, encabezados nada más y nada menos que por Magnetto.
Las condiciones planteadas en la reunión, nadie las sabe pero… las imaginamos.
De ahí en más, el rumbo que tomó el Gobierno K, primero con Néstor y ahora con Cristina, no es “con seguridad”, el que el Establish había exigido.
Lo demás corre por cuenta de cada uno.
Quién instaló el divisionismo y porqué.